El crimen, por las imágenes de las cámaras de seguridad, está prácticamente esclarecido. Sólo queda saber cuál será la situación del hombre de 74 años que está acusado de matar de un escopetazo en la cabeza a un joven de 28 en el sur de la ciudad. Lo más probable es que, por su edad, se le otorgue la prisión domiciliaria, pese a la gravedad del hecho. El móvil del crimen habría sido una venganza por el robo que sufrió el imputado.
Ayer, cerca del mediodía, Ariel Melián (28) transitaba en un carro acompañado por una mujer por avenida Alem al 2.700 y fue ultimado por Miguel Bartolomé Cajal que salió de su casa portando una escopeta. Hasta aquí, existen dos versiones sobre cómo se desencadenó el homicidio. Por un lado, vecinos aseguran que la víctima se burló del acusado. Otros señalan que el hombre estaba esperando que pasara por el lugar. Los vecinos sí coincidieron en señalar que el fallecido le habría robado alguna pertenencia al septuagenario días atrás. Hasta el cierre de esta edición, esa versión no había sido confirmada por los investigadores, ya que hasta el momento no encontraron que haya realizado alguna denuncia.
Personal de Homicidios, al mando de los comisarios Susana Monteros, Miguel Carabajal y Jorge Dib se presentó en el lugar junto a hombres del Equipo Científico de Investigación Fiscal, dirigidos por el auxiliar fiscal Alejandro López Islas. Los vecinos contaron cómo se habían desencadenado los acontecimientos y apuntaron quién había sido el autor del hecho. Realizaron guardia en su domicilio y, luego de reunir las pruebas necesarias, lo convencieron para que se entregue.
Cuando los efectivos lo estaban por trasladar a una dependencia policial, los familiares y allegados de la víctima intentaron lesionaron y, como no pudieron, comenzaron a arrojar piedras en contra de él, su casa y el móvil policial que había sido estacionado para su traslado. La rápida intervención de un cuerpo de infantería evitó que las cosas pasaran a mayores. El fiscal Ignacio López Bustos, que subroga a su par Carlos Sale, convalidó la aprehensión.
“El muerto es conocido en el barrio. Es el típico ‘chango’ que anda buscando qué robar, lo que sea”, explicó Esteban Lencina. “Pero tampoco se puede reaccionar así. El hombre salió de su casa con el arma lista, no sé que le dijo y le reventó la cabeza de un escopetazo. ¿Y si hubiera lastimado a un inocente?”, se preguntó.
Ayer a la tarde, el barrio seguía convulsionado por el crimen. “En mí vida pensé que podría llegar a vivir esto. Siempre creí que esto eran cosas que pasaban en las películas. Me cacheteó la realidad”, explicó la docente María Laura Carrizo. “Pero si el hecho fue grave, fue peor lo que pasó en las redes sociales. El video circuló en el grupo del colegio de mis hijas y en el de una hermana que vive en Buenos Aires; se enteraron así de lo que había pasado. La gente debería comprarse una vida y no ser tan morbosas”, se lamentó.
La profesora de geografía se refiere a las imágenes que captaron las cámaras de seguridad del lugar y el video que grabó un automovilista. “Hay que ser enfermo para filmar algo así. ¿Qué ganan? ¿Un par de likes? Los tucumanos estamos enfermos por grabar y viralizar eso”, se quejó Juan Carlos Fernández.
Mientras la polémica se extendía en las redes sociales, fuentes judiciales confirmaban que la audiencia donde se definirá la suerte del acusado se realizará mañana.